Dharma
Cuando paso tiempo con mi madre y escucho lo que dice a sus 93 años, hace bastante referencia a que ya no se siente útil. Esto me hace reflexionar en cuánta importancia tiene el hecho de poder servir a los demás, de estar aquí por algo más grande que el hecho de estar viva.
Dharma es la séptima ley espiritual del éxito.
Es una palabra sánscrita que tiene como significado más popular, PROPÓSITO DE VIDA. La ley del Dharma dice que eres un ser espiritual encarnado para cumplir una misión; de acuerdo con esta ley eres único y tienes talentos que en su forma de expresión creativa, es decir, cuando lo pones al servicio de los demás, también son únicos ya que aunque otra persona tenga el mismo don, su forma de crearlo y expresarlo será diferente. Esta sería una de las leyes de la abundancia, La Ley de Expresar los Dones.
Vivir tu Dharma es vivir con propósito, te conecta directamente con la creación de abundancia en el momento en que empiezas a expresar tus dones y te preguntarás, ¿por qué es importante expresar los dones?
Vivir con propósito es vivir con sentido y satisfacción, nos protege del sufrimiento. Al ponerlo al servicio de otros no sólo te puede ayudar a progresar en el mundo material sino que además cultivamos la paz interior y la felicidad.
«El talento sin usar se marchita»
El propósito o Dharma, no va de ti sino de lo que puedes poner al servicio de los demás. Es vivir con pasión, con ilusión y donde el esfuerzo en lugar de hacerlo cuesta arriba se hace cuesta abajo, otra ley de abundancia, Ley del Mínimo Esfuerzo. Trabajar no tiene tanto que ver con el esfuerzo como pensamos, haz lo que tienes que hacer y verás que lo disfrutas, que lo haces con alegría, te nutre, te satisface, mejora tu vida y la de los demás. Negarte a esto es como tener la vida en contra.
«La vida va de dar.»
Para encontrar tu propósito es necesario que empieces a trabajar en ello. Lo 4 puntos a seguir que te sugiero son:
- Descubre tu verdadero Yo. Escucha el susurro de la vida, ya lleva tiempo diciéndote para qué estás aquí. Conecta con tu voz interior con la meditación, alejándote del ruido mental al que estás acostumbrada. Acepta esa parte divina que todos tenemos y que es tu fuente de sabiduría.
- Expresa tus dones. Haz lo que tienes que hacer. Es mucho más difícil y haces más esfuerzo para estar donde no quieres; las dificultades se superan con más facilidad estando en tu propósito.
- Ponlo al servicio de lo demás. La vida va de dar. Pregúntate ¿cómo puedo ayudar?,¿cómo puedo ser útil? ¿a quién puede servir mis dones? ¿qué conocimientos necesito?
- Recuerda que algún día morirás. Sí así de claro te lo digo y al igual que yo escucho a mi madre te aconsejo que escuches a tus mayores o a alguien que tenga la vida en juego y esté reflexionando sobre su vida. El final de tu vida también llegará.
¿Y qué pasa con los que no sienten propósito o no saben cuál es?
No te preocupes, todo es cuestión de poner FOCO…primero la vida te lo dice como un susurro, un pensamiento vago que no está claro y se va repitiendo hasta que lo escuchas con claridad o bien la vida te lo grita como me ocurrió a mi, llevándote a una experiencia «in extremis» en la que sales de dudas sí o sí. Espero que no sea necesario para ti.
¿La vida se te hace cuesta arriba? Pon atención a tus anhelos, escucha el susurro de la vida, te pregunto: ¿qué es lo que mejor se te da hacer? ¿qué harías por otro?
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